¿Y ahora qué?

Después de tanto tiempo en activo, y tras crear y apostar tan fuerte por la Gaiata Interactiva puede resultar llamativo que no haya seguido haciendo gaiatas mayores o infantiles "para competir". Pero todo tiene una explicación.

En esta web he escrito sobre la parte más gratificante de este trabajo. Pero el mundo gaiatero también es conocido por el desgaste que lleva implícito. Durante este tiempo he sufrido desde burlas de quienes no creían - y algunos aún lo creen - que fuera yo quien hacía los trabajos, hasta los golpes más bajos de las personas más insospechadas.

No obstante, lo que en realidad me ha hecho apartarme de las comisiones, que no de la gaiata, es la falta de ilusión. Por ejemplo, la Gaiata Interactiva de 2017 obtuvo un buen resultado, pero lo cierto es que como he dicho en más de una ocasión, las mejores sensaciones me han venido de gente de fuera de las gaiatas y no de dentro. Esto que a priori podría ser la mejor de las noticias, que quizá lo sea, en el fondo me produce mucha tristeza porque demuestra lo alejada que está la realidad gaiatera de mi forma de pensar. Y navegar contracorriente creedme que desgasta muchísimo.

Lo cierto es que nunca me he sentido integrado en el gremio de los artistas gaiateros pero en los últimos años parece que las cosas están cambiando. Hoy en día pertenezco a la Associació d´Artesans Gaiaters de Castelló, y desde ahí y con su apoyo estamos poniendo en marcha iniciativas como FerGaiata o talleres gaiateros que considero esenciales para devolver las Gaiatas a Castelló, y que no parezca que son propiedad exclusiva del "món fester".

En esta etapa de mi vida, con una familia a la que cuidar, prefiero invertir el tiempo en intentar este objetivo pues dar a conocer la Gaiata a los jóvenes de hoy, es dar a conocer múltiples oficios que quizás sean su trabajo del futuro. ¿Cuántos gremios artesanales y técnicos están presentes en la gaiata?

Lo que vais a leer a continuación es un punto de vista crítico con la situación actual y futura de nuestros monumentos, pero a la vez espero que sirva para arrojar algo de luz sobre este túnel gaiatero que en realidad está muy apagado. Para ello me centraré en algunas ideas que considero pilares fundamentales.

Los jóvenes

Durante mi época de profesor, y también antes cuando era yo el estudiante, se percibía un cierto desinterés de la juventud por el "mon de la festa". Las collas con menos obligaciones se presentaban como una alternativa mucho más atractiva.

En estos tiempos, la cosa no ha mejorado pues la figura del presidente infantil ya resulta casi anecdótica, y son frecuentes las gaiatas que en verano claman por convencer a su futura madrina infantil.

Si lo pensamos bien es lo normal. Lo jóvenes de mi época estudiantil, son los padres de los futuros cargos electos por tanto parece obvio que si los padres carecían de interés, difícilmente sus hijos vayan a ser distintos.

La solución pasa en primer lugar por entonar el "mea culpa". Reconocer que hemos estado confundiendo tradición con acomodamiento, y que en la mayoría de los casos nos hemos dedicado a realizar trabajos muy poco innovadoras por miedo a perder premios.

En segundo lugar debemos acercarles el monumento nosotros. No dejar que los profesores, con su buena voluntad y posible desconocimiento, realicen dibujos y maquetas casi siempre iguales cuando se acerca la Magdalena. Debemos pensar en que ellos pueden HACER GAIATA. Hablemos con los profesores y propongamos actividades y manualidades durante el año para elaborar piezas que finalmente estén incluidas en el monumento de su barrio. Esto hará que debamos utilizar nuevos materiales, impregnarnos de su espíritu más ecologista y fomentar y escuchar su creatividad.

Quizá así consigamos escuchar a algún padre decir "caramba, sí que ha cambiado esto", y que de paso se anime a formar parte de alguna comisión.

La tecnología

En las comisiones de las gaiatas abunda la buena voluntad. El esfuerzo por sacar un trabajo adelante de forma casi siempre desinteresada es un valor muy notable, pero que por desgracia no es garante de buen resultado.

Contratar profesionales resulta inasequible para la gran mayoría de comisiones con presupuestos dependientes de subvenciones. Por este motivo es fácil encontrar grandes ideas con malos acabados, y por desgracia también roces de distinta envergadura entre quienes idean, y quienes ejecutan.

En este caso pienso que nuevamente la tecnología nos hará salir del problema. Incorporar nuevas tecnologías y hacerlas llegar a la gente en un escaparate público puede ser interesante para empresas que pueden esponsorizar a las gaiatas.

Poner el ojo en los últimos avances, y buscar nuevas fuentes de financiación por esta vía es incomprensiblemente un terreno inexplorado.

Tradición VS Innovación

Aquí la mayor fuente de polémica. Quien innova en diseño es rápidamente acusado de "no hacer una gaiata", penalizado sin premio alguno, y condenado al olvido de su trabajo.

Bien es cierto que una gran parte de los diseños, digamos atrevidos, en realidad están lejos de tener una calidad destacable. Por el contrario, suelen ser los más aplaudidos por los más jóvenes.

Tenemos que reflexionar y entender que es necesario encontrar un equilibrio entre tradición e innovación.

Es muy difícil exportar un concepto de gaiata al exterior cuando en nuestra ciudad carece de apoyo y reconocimiento claros.

Los jóvenes lo primero

Se debe recuperar el interés de los jóvenes por la gaiata. Hacerlas atractivas para ellos y que las vean como algo de donde aprender

La tecnología por delante

Debemos estar a la última en tecnología y buscar la forma de adaptarla a nuestros monumentos para que se fijen en ellos

Artículo de opinión

Un camino carente de luz Es muy difícil exportar un concepto de gaiata al exterior cuando en nuestra ciudad carece de apoyo y reconocimiento claros.