2002

Este año la gaiata 1 decidió no contar conmigo para el diseño del monumento. Se lo pidieron a una veterana artista que obtuvo grandes resultados en la época de los 70. Por el contrario sí que me pidieron que me hiciera cargo de la iluminación de los monumentos.

Por aquél entonces había aprendido lo suficiente como para saber que me faltaba mucha formación, así que me prometí que algún día regresaría al sector para hacer un nuevo monumento y darle un premio.

Coincidió este tiempo con mi inicio de la carrera universitaria por lo que no me vino mal apartarme un poco y centrarme en los estudios. Eso sí, mi padre y yo decidimos explorar una alternativa a nivel de control que por entonces empezaba a tomar peso: los microcontroladores

Tengo prácticamente la certeza de que fuimos pioneros en desfilar con un sistema dirigido íntegramente por microcontroladores de muy bajo coste y unas prestaciones y fiabilidad sorprendentes. Tanto fue así que ya nunca nos separamos de esta tecnología y aunque cambiamos los modelos, jamás volvimos a meter un PC en una gaiata.

En concreto para nuestra primera experiencia con microcontroladores utilizamos un basic stamp 2

2003-2008

Durante estos años me centré en mis estudios universitarios y en disfrutar de la vida de estudiante: novia, amigos, fiestas, mi faceta de dj...

Pero a la vez nunca abandoné mi pasión por las gaiatas e intenté buscar la manera de formarme en nuevas materias para poder mejorar y llegar a obtener buenos resultados. Era muy consciente de que dependía demasiado de terceros y lo primero que hice fue estudiar electrónica y electricidad además de informática.

A través de algunas asignaturas volví a tener contacto con autómatas y con microcontroladores de gran capacidad. Entre otras cosas ayudé a montar un sistema de control remoto de un laboratorio que en el fondo sentó las bases de la Gaiata Interactiva.

Realicé una asignatura donde aprendí a utilizar Autocad, lo que después me ha permitido diseñar gaiatas en 3D, y también estructuras de hierro.

Incluso mi proyecto final de carrera fue crear una red de microcontroladores que superaban las prestaciones de un autómata por un precio ridículo, y que obviamente se acoplaba a la perfección en los sistemas de las gaiatas.

En 2007 tuve la oportunidad de volver a hacer una gaiata mayor pero por discrepancias con la directiva del sector finalmente decidí no comenzar el proyecto y construí la gaiata en forma de maqueta iluminada, con juego de luces, y programada con un microcontrolador.

Recuerdo que mis amigos e incluso mi novia, al contrario que con otras aficiones, nunca me siguieron en el tema gaiatero. Compartíamos miles de inquietudes, hablábamos de prácticamente todo, pero al sacar el tema de las gaiatas la conversación solía acabar rápido con algún tópico del estilo "las gaiatas se acabarán", o "vale más la pena que las queméis".

Tanto era así que mi chica, la primera vez que le pedí que me acompañara al desfile de gaiatas, me dijo "¿de verdad quieres ir a ver pasar cajas con luces durante 3 horas ahí plantados pasando frío?". Pero sorprendentemente, y tras una durísima negociación, accedió a acompañarme a la calle San Roque, salida del desfile, para verlas todas juntas antes de iniciar el recorrido. Aproveché tan inesperada oportunidad para contarle mil y una cosas sobre los monumentos, e inexplicablemente al acabar nuestro paseo para ella aquellas "cajas con luces" ya tenían algo que ver con las manualidades, una de sus grandes aficiones. Hoy en día Sara es mi esposa, ha diseñado varias gaiatas infantiles, y casi todas las vidrieras de las gaiatas que he hecho a partir de entonces. Y aquí es donde me terminé de convencer de que la popularidad de las gaiatas está más en el márquetin que en el diseño de los monumentos, que también.

2009-2010

Comienza mi etapa profesional, y pronto me tocó compaginar tareas de informático con trabajos como docente. Ambas facetas fueron durante años el modo de ganarme la vida hasta que me incorporé en 2016 al Negociado de Sistemas Físicos del Ayuntamiento de Castellón.

Durante este tiempo apareció una oportunidad hecha a mi medida: Un curso de artes decorativas impartido por el conocido artista gaiatero Adrián Bernat.

Ésta fue mi gran oportunidad para aprender todo aquello que me faltaba para ser un artista completo. Aprendí a ver de otra forma, y con esto a dibujar, tallar, modelar y pintar. Mis bocetos mejoraron y por primera vez me sentí preparado para volver a la "acción".

Alguien había recuperado la vieja idea de la Escuela Taller para artistas gaiateros, y de un modo diferente volví a beneficiarme de ello.

Una visita inesperada a mi casa y la promesa de una futura llamada telefónica, que finalmente se produjo, me sacó definitivamente de mi hibernación gaiatera.