Después del éxito obtenido el año anterior en la gaiata 1, me ofrecieron hacerme cargo de ambos monumentos.
Mi esposa Sara, que ya estaba embarazada de nuestros mellizos, se encargó del diseño de todas las vidrieras.
Con pocos recursos humanos y económicos se hizo un gran esfuerzo por sacar una gran gaiata. Y en cierto modo se consiguió pues se obtuvo un 5º premio con la mayor.
Al no tener personas suficientes para poder pintar a mano, con ciertas garantías, las más de 200 vidrieras, tuvimos que volver a apostar por las vidrieras digitales. Pero en esta ocasión, al contrario que en 2012, no fueron valoradas de la misma forma.
Durante este año además tuve el honor de diseñar y tallar las gaiatas de las reinas que la Gestora de Gaiatas regala a las máximas representantes el día de su galanía.