Tras un año difícil, la gaiata se quedó con un presupuesto muy reducido por lo que se me ocurrió hacer algo totalmente distinto.
En esta época era típica la frase "això no és una gaiata" (eso no es una gaiata) cuando se presentaban propuestas modernas y diferentes por lo que pensé en un diseño donde se pudiera reconocer inmediatamente el monumento típico castellonero, pero reinterpretando las formas y materiales habituales.