Después del buen sabor de boca de 2011, mi amigo Álex Renau Miralles tomó las riendas de la gaiata 19 y me pidió que Sara y yo nos encargáramos de la gaiata mayor. Él, que también es artista gaiatero, se encargaría de la infantil.
Un diseño clásico y unas novedosas "vidrieras digitales" conformaron los pilares principales de este monumento.
Fue un año duro y difícil por varios motivos pero el resultado fue que obtuvimos un 6º premio de gaiatas. Obtener tal rédito era algo inédito para mí, y demasiado lejano en el palmarés de la gaiata 19 por lo que la alegría que nos invadió fue inmensa.